El cuidar un huerto escolar es otra de las actividades que se están volviendo populares en las escuelas. La pregunta que se hacen algunos padres es si son beneficiosas esas actividades para la educación de los niños. Esa interrogante la vamos a responder en este post, colocando los pros y contra de esta actividad.

¿Qué aprendizaje obtienen los niños de huerto escolar?

Es el primer punto a tratar y es qué aprende los niños de esta actividad. Los expertos dicen que mucho y se fundamentan en que los seres humanos aprendemos haciendo no leyendo. Por ello es importante que el infante aplique lo que lee y un huerto escolar es una buena oportunidad para ello.

La información que aprende es variada, empezando por las fases de crecimiento de las plantas. También los distintos tipos de plantas, como hortalizas, frutas, entre otros, así como los beneficios. Es un ambiente ideal para el estudio de la biología vegetal en un entorno seguro.

El aprendizaje social y personal está presente, ya que aprenden a colaborar entre sí, para cuidar la planta. También  les permite fomentar el cuidado de las cosas, ya que estarán cuidando de cada planta, regándola, abonándola. Además les enseña que todo es un proceso, trabajo y dedicación, elementos que le servirán de mucho en la vida adulta.

¿Cómo se realiza el proceso de enseñanza en un huerto escolar?

El profesor por lo general guía a los alumnos al área de siembra de la escuela. Esta puede ser un terreno dedicado a la siempre, o simplemente un lugar con macetas, listas para tener sus plantas. Aquí empezará la enseñanza, con la profesora indicando el estado en que deben estar las semillas, para ser aptas para la siembra.

Al tener las semillas, el profesor explicará los detalles al niño del proceso de siembra y estos lo llevarán a cabo. Al sembrarla, el profesor por lo general inspira  a los alumnos con su curiosidad. En este caso de la forma que tendrá la planta que sembraron. En ese momento les dirá los cuidados que tienen que darle, para que la planta crezca y de frutos.

Desde allí el profesor dedicará tiempo con los alumnos a regar, abonar y proteger las plantas. La planta empezará a crecer, mientras el profesor explica cada fase de crecimiento del vegetal. Al final los alumnos verán su planta crecida y con frutos, y cuidarán de esta, aprendiendo el valor de la constancia, dedicación y siembra para el futuro.

¿Existen elementos negativos en la actividad?

Esta pregunta dependerá de a quien se le pregunte, pues para los niños será una actividad, en la cual se divertirán y aprendan al mismo tiempo. Sin embargo los padres tendrán ciertos problemas con el cuidado de la ropa de los infantes, pues es probable que se ensucien.

Del resto no existe elementos negativos, por la adaptabilidad de los niños, estos harán las actividades sin problema. El interactuar con la naturaleza hará que la aprecien más y desarrollaran actitudes que les serán beneficiosas para el futuro

¿A qué edades se puede empezar con la enseñanza en un huerto escolar?

La verdad que desde que el niño tienen un mínimo nivel de conciencia, se le puede enseñar a través de un huerto escolar. Tomando medidas de seguridad, dependiendo del terreno, este aprenderá cada etapa de la siembra e irá formando buenos hábitos personales.

Para las personas no tan jóvenes que deseen aplicarlo, como adolescente o personas universitarias, también es una actividad recomendada. El motivo de usarlo es variado en esta fase, ya que los adolescentes quieren las cosas rápidos, y esto les enseña paciencia. En el caso de los universitarios, les ayuda a relajarse y les enseña cómo manejar el estrés.

Veamos ahora como interactúa y aprende una persona en un huerto escolar dependiendo de su edad. Esto basándose en el desarrollo mental a esa edad y las características de cada etapa.

Niños de 5 a 11 años.

A esa edad en que los niños son más prácticos que teóricos, aprenderán sobre el cuidado de las cosas. Como sembrar, no sólo plantas, sino cualquier cosa que se quiera construir en la vida. Como se dijo antes, les ayudará a aprender a comunicarse y a trabajar en equipo con otros y ver que en equipo todo es más fácil.

En el área de biología conocerán de primera mano el proceso del crecimiento de las plantas. No tendrán que memorizar un libro, al provocarlo ellos lo recordarán no como un aprendizaje, sino como una experiencia. Esas vivencias, son más difíciles de olvidar que lo memorizado de un libro de texto.

En esta etapa es importante tener cuidado con la condiciones del terreno y los niños. En este caso es recomendable un huerto pequeño, si es en macetas mucho mejor. Así se evitara el contacto con hierba mala u otros elementos que puedan afectar su salud.

Jóvenes de 12 a 17 años

Los jóvenes a esta edad han empezado a desarrollarse y es importante que aprendan que el desarrollo es lento y no deben apresurar las cosas. Con el huerto escolar es una forma de comparar el crecimiento de una planta, con el de un hombre y entender que todo lleva su tiempo.

También les enseñará biología más avanzada, conocerán las partes de las plantas. Incluso podrás usarlas como sujetos de pruebas al mirarlas en un microscopio. Así conocerán a profundidad sobre las plantas y sus características.

Para finalizar con las personas de esta etapa, desarrollarán más su sistema motriz y les creará el sentido del valor de las cosas. En ese momento empiezan a verlo y como el resultado del trabajo tuyo y de los demás tienen valor.

Personas de 17 años o más

Ya sea en una universidad o un huerto escolar personal, como laboratorio privado les brindarán experiencias valiosas. También entenderán el verdadero significado de la persistencia. Muchas veces los jóvenes se rinden, solo por el primer obstáculo y dirán que es difícil. El detalle de trabajar algo que es nuevo siempre será difícil la primera vez.

Algunos jóvenes aprenden como dejar fluir las situaciones de la vida con el huerto escolar. Más que un centro de aprendizaje, lo toman como un medio natural para eliminar el estrés de sus cuerpos. Un elemento fundamental a la hora de estudiar o ir a trabajar.

Como ves los huertos escolares son herramientas educativas prácticas que pueden ser utilizadas para que los alumnos aprendan diversas enseñanzas. Esta no solo van a la biología, también va dirigido a desarrollar valores internos en la persona y que crezca como una persona de provecho para el mundo.