Ya sea en papel de docentes o padres, la animación a la lectura es una de las tareas que más suele costar cuando hablamos de niños pequeños. Habiendo tantas cosas con que jugar, pocos de ellos tienen ganas de sentarse con un libro. Es por eso que desde nuestro lugar tenemos que hacer todo lo posible para que ellos encuentren el atractivo en esta actividad tan importante para su desarrollo cognitivo, entre otras cosas. A continuación veremos algunas estrategias y consejos que podremos utilizar para darle paso a esto que conocemos como animación a la lectura.
Consejos para dar rienda a la animación a la lectura
En la mayoría de los casos, incentivar a un niño para que agarre un libro suele ser bastante complicado, por eso queremos compartir contigo algunas estrategias utiles que podrás usar para hacer que tu niño le agarre el gusto a la lectura y aprenda mucho de ello. Toma nota.
1. Dar el ejemplo. No podemos pretender que un pequeño se ponga a leer si nosotros no lo hacemos nunca. El primer paso está en enseñar con el ejemplo, como adultos y como referentes de los niños, es muy importante que desde nuestro propio lugar hagamos de la lectura un habito que luego inculcaremos en los más pequeños de la casa. Cuando ellos vean a sus adultos referentes leer, puede que les de curiosidad la actividad y sea más facil llevarlos hacia allí.
2. Leer en voz alta. Si tu hijo aún no ha aprendido a leer, o no ha hecho el habito de hacerlo por sí mismo, animalo a elegir un libro y leeselo en voz alta. Le resultará algo divertido, podrá poner en practica su imaginación e incluso podrá compartir contigo opiniones y experiencias en relación a lo que van leyendo. Además de leer, podrás ompartir tiempo de calidad con el niño.
3. Énfasis en los dibujos. La mayoría de los libros infantiles vienen con lindos decorados y dibujos, un punto muy a favor para la animación a la lectura. Muestrale los dibujos al pequeño, juega con ellos y haz que llamen su atención. Puede que así, incluso por la misma curiosidad, tenga ganas de empezar a leer sus propias historias y adentrarse en el mundo literario.
4. Que no sea obligación. Un punto fundamental en la animación a la lectura es no obligar a los niños a leer si no quieren, y mucho menos prohibirles realizar otra actividad si no hacen esta primero. De esta forma, a través de la prohibición y la reprimenda, solo lograremos que el niño termine por odiar los libros.
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